Un Buen Ciudadano

Hoy me encuentro muy feliz, el día no pudo haber sido mejor: el mejor trabajo, la casa más bella del mejor barrio, la mejor familia e incluso se rumora que se me va a borrar la salvedad en el tercer párrafo del registro, que me colocaron a los veinte años por asistir a una manifestación pro-vida.

Llené el registro diario que se nos aconsejaba realizar antes de irnos a dormir, abrí lo más que pude y dejé que la pantalla tomara la fotografía de mi iris para confirmar mi registro. Después de unos segundos sonó mi correo y ligeramente deslice un dedo por la pantalla, esta se prendió nuevamente y me dejó ver un número siete acompañado de un pulgar arriba.

Me desperté temprano, vi la fotografía digital del Presidente y la saludé con un “buenos días señor”. Rápidamente me llegó un nuevo video donde se ilustraba la vida del magno líder, le di reproducir y dejé que la pantalla se conectara al rango de frecuencia de la vista y consumí el video. Después de calificar la producción visual y argumental con el máximo de estrellas, se me ocurrió que debía revelarme contra el sistema de las estrellas, fue así que califiqué con casi la perfección el área sonora. No había terminado de entrar a la casa cuando la pantalla hizo un sonido distinto, como el abrir de una castaña, volví a mirarla y había cambiado de color: el azul celeste habitual había dado paso a un amarillo metálico.

Al principio pensé que era el fondo empresarial de una compañía de encuestas que me pedía tomarme el tiempo para llenar una lista de preguntas y consejos sobre la comida. Traté tres veces de decirle saltar, sin embargo la información me indicaba que debía ser vista, que la posibilidad de saltar era exclusiva para usuarios de nivel ocho. Tomé un poco de aire, grité controladamente como indicaban los videos-psicológicos programados y me dispuse a llenar la encuesta. Pero el fondo de pantalla seguía amarillo.

Decidí repetir la encuesta, pero el fondo seguía igual. Después de consumir un tazón de cereal y dejar que el código de la caja fuera leído por la pantalla, recibí un nuevo mensaje de parte de la compañía: gracias estimado cliente por escogernos, es para nosotros un honor ayudarle en sus labores diarias, sabemos que el trabajo puede ser extenuante y que, puede no ser apreciado por los demás, pero el trabajo manual es vital para el buen funcionamiento de nuestra sociedad. Luego llegó un número seis con un puño cerrado que trataba de decirme: la compañía apoya vuestra labor, hermano obrero.

Revisé la tableta en las primeras aplicaciones, pero allí no había nada malo, me introduje en los programas básicos, pero allí solo aparecía un código que debía ser introducido rápidamente, lo realicé y me llegó una serie de mensajes nuevos: preséntese inmediatamente en la cantera número 3, le di afirmativamente y se desplegó una pantalla y de allí salió un obrero idealizado, el mismo rostro que se puede seleccionar para ser el guía en los tutoriales de profesión; traté de configurarlo con el personaje femenino, cosa que me indicaron, no se podía para los ciudadanos que se encontraban por debajo de seis.

Rápidamente busqué en los centros de entretenimiento algunos videos históricos del gran líder, pero estos me negaron la entrada, me decanté por ver lo más rápidamente posible los videos instructivos sobre cantera 3, pero tan rápido los terminaba, se desplegaban unos mensajes anunciándome que no se había podido hacer la conexión con el iris.

Tras pasar medía hora, la pantalla volvió a cambiar de color, esta vez digitalizaba un programa básico que solo me permitía ir por todos los usuarios pidiéndoles alguna caridad. Sin meditarlo tecleé sobre los tres primeros iconos que encontré, pero todos me respondieron que acababan de denunciarme ante los controladores.

Un salto y luego otro se suceden velozmente en la pantalla, la cual salta de mis manos y se apaga. Trato en medio de gritos de volver a encenderla, pero nada, he sido expulsado del sistema y pronto los controladores vendrán a mi casa para llevarme a la zona de reciclaje donde descargarán los impulsos en un nuevo y dócil cuerpo, que no ha marchado junto a los terroristas pro-vida.