La Injuría
Al llegar al trabajo todos rehuyeron su cercanía. Con un estudiado movimiento simulaban alguna acción laboral para escabullirse por las paredes con el rostro cubierto de papeles apilados hasta alcanzar un seguro recodo fuera del área de influencia del sujeto del cubículo 3, piso 5. Quien poco antes sellara el destino de los hombres con el sonido del metal y plástico que se pliega dejando una huella de tinta sobre un trozo de papel. Ahora, por una injuria a un cercano de un superior de otra sección, a quien hizo espera toda la mitad de un día, sellara su propio destino, como aquel encargado de tomar los papeles y lanzarlos a la picadora.
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